3/5/13

Ventana.

A Sara Viloria


A veces, es bonito tener una ventana donde ver los carros pasar, como alejándose de alguien que no es uno, como para sentirte menos deshecha, diminuta, menos tirada en colchones de esperas cortas que simulan ser inexistentes. A veces, no siempre, es bonito tener una ventana donde poder lanzar copas a la gente, a ver si voltean, a ver si te gritan durísimo y despiertas. A veces ayuda comprar el martillo, los nudillos y pegarle muy  pero muy fuerte, hasta que se haga nada, putitas rocas aisladas. Otras veces, estas veces, somos la ventana, y nunca podemos mirar.

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