Me inundo,
me enzarzo en lágrimas, postergo sonrisas ¿Qué pretendo?
¿Ser nada,
ser risa contenida,
mar abierto en llanto? No lo sé.
El gato mira y veo una muesca de risa,
burla de este sin sentido sentimiento de impureza y flaqueza.
Creo que vislumbré la respuesta, oh, sí, sí Pretendo darme calma y ocultarme,
dar respuesta al sentido de vivir,
es como preguntarle al gato por el entierro que hace al defecar parte de su vida.
Y emerge una lágrima,
sin saber la causa,
el vaho del último respiro,
el que desea ser último pero es el del medio,
no es más que la inestable caricia del llanto profundo.
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