a Jesús Amalio Lugo y su microcuento "El Cachicamo".
Más a su cuento que a él.
- ¡Ay,
Jesús! Ya te dije que no quiero ser el cachicamo otra vez. Ya vienes tú a
querer imponerte obligándome a disfrazarme de ese animalucho, bailar le temps de l'amour y luego asesinarlos a todos. Te dije que no
quiero usar ese cuchillo de mantequilla, chico, ya tengo mis técnicas. Pero no,
no, Jesús, yo no quiero matarlos a todos, al menos déjame un amiguito para
hablar por las noches cuando me den ganas de llorar y no sé... No sé por qué
tenías que deshacerte de los conejos, eran mis favoritos, con su dientotes
enormes jugando a morderse las colitas peludas. ¡Ay, eran tan adorables, Jesús!
Y tenías que matarlos cuando a mí se me hacía muy difícil dejar de verlos
tocándome y lamiendo mis orejas de mentira. Comprendo tu posición de amigo-protector
de venados pero… debo confesarte (y no te molestes Jesús, por favor no me mates,
Jesús, yo soy buena) que a veces te excedes. No, Jesús, que no quiero usar la
pistola de agua, no quiero amarrarlos y ahogarlos… pobres, no, no pobres,
ricos, de ternura y estupidez, con sus ojos y pieles suaves, son como para
dormirse sobre ellos y babearse. ¿Ya
ves? Me están mirando Jesús, ya no quiero que me miren, me miran feo y todos a la
vez, ni tienen la decencia de turnarse, son unos patanes, crueles; al dálmata ya
lo tengo en la mira ja ja ja, he calculado cada una de sus manchas ja ja ja
para raspárselas a la perfección. Ya sabes que soy meticulosa con esto ¿No? Así,
Sí ja ja, Jesús, por favor, no, no, no
insistas, ya no me des ese cuchillo, mejor pásame el arsénico. Gracias Jesús,
gracias, te quiero, recemos. Amén.
Microcuento "El cachicamo" de Jesús Amalio, disponible en http://encuentrodejovenescreadores.com/narrativa/jesus-lugo-sabaneta/
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