Sal del norte
Y dobla al oeste
Sin desviarte al este.
Continúa recto y al notar la oquedad
Dirígete al sur,
Por el banquito suelto
En el empinado macizo,
Allí
-A 1 hora de las gaviotas-
Encuéntrame:
En la contingencia.
¡Maravilloso! Como sólo puede ser la poesía y la naturaleza, el corazón del hombre que absorbe y el ojo que capta.
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